LA PENÚLTIMA PROFECÍA
DE PHILIP
K. DICK
Si
intentan demostrarte que el mundo comienza en 1992, no te dejes
convencer.
Se sabe, por ejemplo, que ahora se cumplen diez años de la
muerte
del escritor norteamericano Philip K. Dick. Y treinta de la
publicación
de una de sus mejores novelas, con la que obtuvo el primer
reconocimiento
serio a su trabajo: The Man in the High Castle, traducida aquí
como
"El hombre en el castillo", ganadora del prestigioso premio Hugo. Diez
años después de su muerte, la obra de Dick, publicada en
España cada vez con mayor rigor y cuidado, comienza a ser
conocida,
en gran medida por la influencia de las adaptaciones que algunos
directores
cinematográficos han realizado, no sin dificultad, de sus
novelas
y cuentos en films de gran éxito taquillero. Ahí
están
esas dos películas de culto basadas en sus historias: Blade
Runner
y Total Recall , transmisoras ambas de mundos angustiosos e irreales
que
confunden al propio destino, llevando a sus protagonistas a la
indefensión,
la soledad, la lucha heróica y el transtorno paranoico. Sin
embargo,
el mundo literario de Philip K. Dick está lleno de personajes
mucho
más humanos que los representados en la pantalla. El cine, en
cualquier
caso, no tiene inconveniente en re-escribir sus fuentes para su
beneficio.
Sólo la ambientación de esas películas nos resulta
útil para visualizar los mundos de las historias de Dick, mundos
que constituyen la tercera propuesta en discordia para el debate sobre
si éste, en el que vivimos ahora, se parece más a 1984 o
a Un Mundo Feliz . Orwell y Huxley presentan sendos mundos cerrados y
amarrados,
sometidos por poderes hegemónicos, donde cada
contestación
es reprocesada según la ley y el sistema. Mundos sacrificiales,
de tiranía y opresión, de sólida materialidad. En
Dick, por el contrario, tantos mundos se ofrecen como puertas abren los
personajes. Dichos mundos se intercomunican, están sujetos a
complejas
leyes causales, trazan redes, algunos son sólo posibles, otros
ya
han sucedido, algunos más están siempre ahí,
helados,
aguardando pacientes su oportunidad. Algunos son terribles, otros son
mucho
mejores. No todos son completamente materiales. Otros son esencialmente
virtuales. Hombres, mujeres y algún extraterrestre, mueven sus
propios
destinos guiados por una fatalidad excesiva, pero siempre sucede una
última
transformación, y otra y otra más...En dichas
situaciones,
las alteraciones psíquicas de los protagonistas (paranoia,
esquizofrenia)
despiertan en ellos latentes capacidades: premonición,
telepatía...
Su obra es muy extensa. Según mi documentación, este
año
sería un triple aniversario-Dick ya que su primer relato, Voices
from the Street, fue publicado en 1952 por la revista Planet Stories,
un
pulp de la época. Se ha traducido al castellano una treintena de
sus novelas, además de una excelente recopilación de sus
cuentos cortos, cinco tomos de los que han aparecido dos. Hasta
aquí,
una escueta visión literaria de la obra de Philip K. Dick.
VISIONES
Considerado un visionario por muchos de su
seguidores, los prodigios de
su vida fueron sus estigmas, que le sometieron a un atropellado
cúmulo
de vaivenes ("...una vida trastornada y desordenada e intrincada, llena
de matrimonios y decepciones y confusiones y frustraciones personales y
profesionales", explicaba Robert Silverberg). Murió
prematuramente
a los 53 años en su apartamento de Santa Ana, en California,
precisamente
cuando, profesional y privadamente, su vida comenzaba a estabilizarse.
Su legado es una espléndida
colección de historias que sus
estudiosos agrupan a menudo en ciclos, llenas de poderosas sugerencias
sobre la existencia de realidades paralelas, sorprendentes
cosmogonías,
entidades intermedias, drogas para todos los usos, psico-guerrillas,
tremendas
luchas por el poder, pérdidas y suplantaciones de identidad y
resquebrajamientos
espacio-temporales a través de los que el protagonista puede ser
ayudado por sí mismo o por entidades gelatinosas que flotan a un
metro del suelo.
El contenido "profético" de sus
historias no dejó de sorprender
al mismo autor: "...mi novela Los tres estigmas de Palmer Eldritch
(...)
la escribí antes de haber probado el LSD (...) diría que
incluso mi obra posterior al LSD que incluye alucinaciones
podría
haber sido escrita fácilmente sin tomar ácido. (...) en
esa
época nadie sabía que el LSD iba a producir flashbacks
(...)
y éso es lo que le ocurrió a mucha gente que tomaba
ácido.
Fue una profecía accidental de parte mía." (Estas
palabras
las dijo en 1976; la novela a que se refiere data de 1965).
Este es el aspecto más sorprendente
de su trabajo, el cual trataré
de ilustrar mediante tres pasajes de sendas novelas de quien dijo en
una
ocasión: "Si encuentran ustedes este mundo malo, deberían
ver alguno de los otros".
MúSICA
(Dick no tuvo problemas para imaginar algo
muy parecido a la "Industrial
Music" de los 80 y la consecuente "era del sampler")
"-Ya lo vislumbro -sonrió Laws-.
Flacos jóvenes sentados
en el suelo de sus apartamentos de North Beach, sumidos en el
éxtasis
profundo de accionar mandos, interruptores y palancas, con el
propósito
de afinar tonos y volumen, mientras truena el increíblemente
auténtico
rugido de los motores, las tormentas de nieve, los camiones cargados de
chatarra y otros sonidos a cual más extraños, grabados
para
su goce espiritual."
(Philip K. Dick, "Eye in the Sky" - 1957)
DROGAS
(por si los atuendos no resultan
suficientemente sugerentes, aquí
tenemos además unos primigenios esnifadores de cola)
"En la habitación estaban sentados
varios muchachos, todos ellos
en el suelo, los únicos muebles eran una lámpara, una
mesa,
un televisor y una pila de libros. Algunos de los muchachos llevaban la
túnica, las sandalias, los moños y los brazaletes. Los
otros
llevaban traje, camisa blanca, calcetines con rombos de colores y
zapatos
con cordones. Todos miraban fijamente a Ragle y a Vic.
-Aquí yuyi -dijo el muchacho del
cigarro- tomen asiento-siento.-
señaló el suelo.
-¿Qué has dicho?
-preguntó Vic.
Ragle dijo:
-¿No podemos llevarnos el yuyi con
nosotros?
-No -dijo uno de los muchachos sentados en
el suelo-. Esnifen sentados
aquí dentro. (...)
Olfateando, Vic dijo:
-Es puro disolvente.
-Sí -dijo Ragle. Han estado
aquí sentados inhalando disolvente,
pensó. Eso es yuyi.
-Esnife -dijo uno de los muchachos..."
(Philip K. Dick, "Time-out of joint" -
1959)
MáS CON LAS DROGAS
(Aquí, Dick se adelanta al actual
uso "a la carta" de las drogas
químicas)
"-Entraré en el bar, sólo
tardaré un par de minutos
-explicó Nick-. No me encuentro demasiado bien para llevarte al
Edificio Federal en esta especial conjunción de tiempo y
espacio.
Condujo a su hijo más allá del ojo de la puerta, al
oscuro
interior del bar droguería de Donovan...
(...)
-Ve a mirar los escaparates de al lado
-ordenó Nick, dándole
un codazo a su hijo e indicándole la puerta por la que acababan
de entrar-. Me reuniré contigo dentro de tres o cuatro minutos.
(...)
-Tomaré cincuenta miligramos de
fenmetrazina hidroclórida
y treinta de astrodrina -pidió Nick, instalándose en un
taburete-,
con una solución de sodio acetil-salicilato.
-La astrodrina -le advirtió el
camarero- le hará soñar
con muchas estrellas lejanas."
(Philip K. Dick, "Our Friends from
Frolik-8" - 1970)
LA REALIDAD
(Donde se advierte que Dick lo
tenía todo previsto)
Philip K. Dick, su voz, ha llegado
así hasta nuestros días.
Junto a su innegable calidad literaria, la capacidad de atrapar al
lector
en las historias, el respeto que se le profesa (era
prácticamente
reverenciado ya en vida por sectores muy importantes de la
ciencia-ficción
mundial) y su especial habilidad para desvelar profundos aspectos de la
psique humana, existe una inquietante especulación con el tiempo
y la historia. Esa "profecía accidental" que, escapando de la
trama
de sus novelas, se ancla en el futuro con regularidad...
Así, a los diez años de su
muerte y treinta de la publicación
de The Man in the High Castle, esta novela, escrita con el recurso del
I-Ching (o Libro de los Cambios) se materializa en nuestros días.
"El hombre en el castillo" parte de una
hipótesis: La Segunda Guerra
Mundial concluye con la victoria del eje sobre los aliados.
Japón
y Alemania se reparten el mundo, imponiendo sus respectivas culturas,
religiones
y sistemas científico-económicos. de esa manera, los
cohetes
de transporte civil proceden de las primitivas V-2 o el I-Ching es
objeto
de consulta habitual entre los norteamericanos, bajo la influencia
japonesa.
_frica es una gran reserva de ganado y cultivos, no hay ni un
sólo
judío en Europa... La cúpula del Reich está en
fase
de sucesión... Entre ellos, Goebbels, que controla la
opinión
de todos los habitantes del planeta, está particularmente
irritado
con un libro, una novela, que circula clandestinamente. Su
título
es"La langosta se ha posado " . La novela transcurre en un
contínuo
alternativo, en el que la Segunda Guerra Mundial habría
concluído
con la victoria del bloque aliado, gracias a que Italia se desmarca del
eje permitiendo a los norteamericanos vencer al Japón y unirse a
los ingleses contra Alemania. Finalizada la contienda, los vencedores
se
reparten el mundo... Este libro perseguido, turba profundamente a los
protagonistas,
quienes creen intuir que, posiblemente, contenga una nueva verdad. El
hexagrama
que estos personajes obtienen mediante el I Ching al final de la novela
es Chung Fu, la verdad interior : Después de todo, Japón
y Alemania perdieron la guerra. Pero esta verdad podría ser una
"penúltima verdad" (como el título de otra de sus
novelas,
en la que los poderosos del planeta meten a toda la población
bajo
tierra para protegerla de la lluvia de misiles y la dejan allí,
finalizada la contienda, para poder repartirse el mundo).
En 1975, el grupo The Residents
(críptica corporación, las
identidades de cuyos miembros nunca han sido conocidas) produjo desde
su
base californiana el LP The Residents present the Third Reich'n Roll,
especulación
sobre el aspecto que habría tenido el top 40 de los años
sesenta bajo el prisma nazi, dividida en dos suites: "Swastikas on
Parade"
y "Why Hitler was a Vegetarian". La atmósfera de opresivo
dejà
vu proyectada sobre esas des-construidas versiones (Yummy-Yummy ,
In-a-gadda-da-vida
, Hey Jude, 96 Tears...) hace honor a la "Teoría de la
Oscuridad"
desarrollada por The Residents. Según esta teoría, uno de
sus propios discos no podrá aparecer hasta que los autores no se
hayan olvidado de su existencia. En alguno de los posibles planos
generados
por "El hombre en el castillo" cabría la frase que
aparecía
en la cubierta de uno de sus discos single: "Los Residents son
prácticamente
japoneses, pero nadie lo sabe".
LA REALIDAD (II)
Hace apenas dos meses, la agencia EFE
difundía desde Nueva York
una nota que recogieron algunos periódicos. En ella se informaba
de la existencia de un libro, llamadoFatherland escrito por un
columnista
británico, Robert Harris. En la novela se recrea la
ficción
de una victoria nazi en la Segunda Guerra Mundial. Hitler habría
cumplido 75 años en 1964, todos los responsables del Tercer
Reich
estarían vivos. Lengua y cultura germánicas
dominarían
Europa. Una trama interna lleva a desvelar cuál ha sido el
destino
de los millones de judíos europeos tras el fin de la guerra.
La fuerte polémica que ha
despertado el libro en Alemania ha hecho
que no se publique en dicho país. A falta de una posible
edición
española, no conocemos nada más sobre ella. Si en su
interior
se narra la existencia de otra novela que... pero no parece muy
posible.
Si así fuese, se trataría de un plagio de la obra de
Dick.
En caso contrario, nos encontramos ante "La langosta se ha posado"
correspondiente
a nuestro contínuo temporal. Como sucesivos clichés y
contra-clichés
fotográficos, los presentes posibles se superponen, inverso,
directo,
inverso, directo... en un mundo en el que, según Dick, "...El
tiempo
real llegó a su término en el 70 d.C. con la caída
del Templo de Jerusalén. Volvió a comenzar en 1974
(dimisión
de R. Nixon). El período transcurrido entre ambas fechas fue una
interpolación perfectamente espuria..."
(Philip K. Dick, "Valis" -1981)
¿Sorprendente?. "La sorpresa es una
especie de antídoto de
la paranoia", dijo Philip K. Dick en una Convención de SF en
Vancouver,
según recogía la revista Actuel en su número 46 de
Septiembre de 1974 y añadió después: "Quizá
todos los sistemas -es decir, todas las formulaciones verbales,
simbólicas,
semánticas o de otro tipo, que intentan explicar el universo por
una hipótesis universal- son manifestaciones de la
paranoia."
Victor Nubla, 115 d. C.
(Artículo publicado en la revista Ajoblanco en noviembre de
1992)
NOTA DEL AUTOR EN 1998:
A nadie
escapará que uno de los acontecimientos mediáticos
recientes, la difusión pública de los resultados de las
primeras
clonaciones de mamíferos, rinde nuevo tributo a las
profecías
dickianas: la oveja Dolly es una nueva criatura de Philip K. Dick
implantada
en la realidad. Procede de aquella novela llamada
"¿Sueñan
los androides con ovejas eléctricas?", que inspiró una
película
de culto en la que no aparecía ninguna oveja. Podría
haberse
hecho pública la clonación de cualquier otro animal pero,
naturalmente, fue una oveja.